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La Ganga calé, el sueño de hacer buena música

Mientras media España tiene los ojos y los oídos hundidos en OTs, Factores X y realities de música enlatada varios, en los escenarios del país ocurren cosas interesantes. Una de ellas es La Ganga Calé, una banda con la que tenemos la suerte de contar en esta maravillosa aventura de eSONG.

por eSONG.es

La Ganga Calé, durante una actuación reciente. (Foto: La Ganga Calé)

La Ganga Calé está formada por buenos músicos que hacen buena música:  Kunque (Juan José Carvajal), Fer, Hugo Martín, Varo V, David Strike, Rubén Berraquero y Raúl Andrade.  Juntos crean una fusión entre rumba, funk, latín y ska que te hace bailar y que merece la pena escuchar. Su creador y Capitán, Kunke, es un señor niño con voluntad y talento que desde 2010 lleva tirando de un sueño. Su energía parece inagotable. Y como, las notas son buenas, estamos seguros de que algún día llegarán a esas masas que ansían. Coraje y persistencia para conducir una caravana que suena. Y muy bien. Y si no, pasen y escuchen.

BIO

La Ganga Calé, afincada en Madrid, lleva ya unos años asomando su repertorio por los escenarios del panorama peninsular, mostrándose en apoteósicos y sentidos directos, donde abundan los ritmos calientes, los vientos hirvientes o las estrofas sugerentemente picantes, una banda sin complejos ni mucho menos vergüenza, que levantan la moral y pinta sonrisas en la cara de su público.

Llevan un tiempo concretando la formación que pueda soportar todos los estilos y bandazos rítmicos que quieren acometer… y parece que el día ha llegado, Cosquillas de Azotea, su nuevo disco, es un completo trabajo, lleno de motivos para hacerte bailar, pensar y viajar.
Cosquillas de Azotea nos planta ante una nueva mezcolanza de estilos y sensaciones, una fórmula que escapa a hurtadillas del manido mestizaje para abrazarse a nuevos registros con intención multicultural y marcado carácter cosmopolita, para echarse en brazos de la rumba, la salsa, funk o reggae con fuerte consistencia y con nuevos bríos. Esta es su presentación ante el gran público tras haber lanzado hace un par de años una maqueta en la que ya asomaba su talento.

Quizá sea ese original y sugerente tono de voz, el que nos hace contagiarnos de esta epidemia de ritmo y color a través de estas canciones que forman Cosquillas de Azotea. Letras que flirtean con el amor, que anhelan la libertad y que salen del corazón. Una voz que viene arropada por un puñado de estelares músicos puestos en su lugar y dispuestos a darlo todo para que la cosa suene con calité. Quizá haya sido ese carácter de la banda, el que ha logrado materializar el esfuerzo de los fans que han sufragado mediante CrowdFunding este proyecto ¡en solo dos meses! Puede que haya sido su trato a corazón abierto el que ha logrado un equipo artístico de primera división para este disco , para este trabajo que ahora nos presentan…

Si repasamos el contenido de lo que quedó grabado en los estudios Jenny Records de Toledo y los Infinity Estudios de Madrid entre noviembre de 2013 y abril de 2014 bajo el control del productor Josué García (Productor, arreglista y trompetista de bandas como Muchachito Bombo Infierno, M Clan, Miguel Ríos o Estopa entre otros), nos aguarda un viajecito tan entrañable como divertido, tan bailongo como atrevido.

Empezamos con “El astronauta”, “El capitán” o “Vecina” como irreprochables puntales comerciales y pegadizos hits, como atractivos anzuelos que salpican el exquisito repertorio, “Mamá” es un canto sincero, una retrospectiva, un sincero homenaje, “Bacalao” sirve como ejemplo para ver la capacidad que el grupo tiene como instrumentistas y de paso, invitar a Ruzzo de Orishas para hacer un rapeo sustancioso, “La receta de la felicidad” es un canto a la vida, a la salud y al amor, “Tarde noche” se defiende sobradamente con el Caribe bien arriba, “Cada vez” como sentida balada, interpretada a dúo con Anita Kuruba, voz de Canteca de Macao, “Perro guardián” como imparable y contagiosa canción de estribillo, y cerrando el disco, “Déjate de escribir cuentos”, sentido final que nos planta, de golpe, ante la realidad.

Llámalo como quieras: funky calé, salsa de barrio, rumba & roll o flamenco fusión, en cualquier caso, se trata de ritmo que sale desde el alma… todo eso y más cabe dentro de esta formación madrileña que, en realidad, quiere serlo de todo el planeta: lírica impertinentemente cómplice, concreción a la hora de ejecutarlos, despampanante puesta en escena, todo suma para que La Ganga Calé sea una apuesta segura en tu memoria musical.

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